viernes, 27 de febrero de 2009

Terra Chat Tenerife

Comencé a gemir de placer sobre el lomo de toro, hasta que en cierto momento ya no pudiendo aguantar más disfruté de un tremendo orgasmo, frente a todos los presentes, mis gemidos y gritos de placer, de seguro no les dejó duda a ninguno de lo que me estaba sucediendo. Ana se arrodilló y le empezó a chupar la corrida, y ya que tuvo un poco en la boca se la depositó en la boca con un beso de lengua. ?Qué, te estoy hablando a ti, que si la tienes como yo o es más grande o más chica? Yo me había quedado extasiado al ver esa maravilla y no le oía lo que decía. Tomo tus brazos, te atraigo hacia mí y recorro tu vagina por los lados, aun no entro en ella, te recorro despacio, suave pero sin hacerte cosquillas, todo se perdería, veo como te retuerces de placer, acercas a mi cara tus labios, quieres más, necesitas más, pero aún no es tiempo. Lentamente con un companero Web Cam 4 de secundaria fui conociendo lo que hoy es un vicio, el de mamar la verga de un hombre. Al rato de darse múltiples besos, Eva le dijo que iba a ducharse arriba, que subiera dentro de un rato a su habitación, yo me fui rápido a la mía y me puse a mirar por la mirilla. Me dijo que como sus hijos estaban trabajando y su marido estaba en otro pueblo, a más d Vestía un pantalón corto y una camiseta de amplio escote y el sujetador que llevaba no era muy firme, así que los pechos se bamboleaban cuando ella andaba. Esto también coincide con que en los meses de calor yo ando por la casa con poca ropa, pero siempre fue igual, el que cambió es él, antes ni me miraba y ahora no me saca los ojos de encima cuando se me ve algo o el se imagina que se me va Webcam Messenger Sexo a ver. Yo había llevado un cd con imágenes xxx y una película xxx en video, Fer decidió que primero veríamos la película, así que la puso y nos sentamos en los sillones. Alejandra se llama, después de verla por la tarde su Webcam Sex imagen se me quedó grabada, ella sentada en su silla cruzando las piernas y dejando ver el nacimiento de sus medias, no pude más, le pedí a mi chofer que le diera una tarjeta en la que yo le invitaba a comer. En mi garganta y en mi mente paseaba una sensación extrana, entre arrepentimiento y alegría, entre carinos e indiferencia hacia ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario